Curioseando por Ebay, Tomás Camacho, doctor en medicina y especialista en análisis clínicos, encontró un objeto que llamó su atención. Se vendía por 50 euros y era uno de los 10 microscopios de Leeuwenhoek que hay en el mundo. Su ordenador le permitió observar características que le llevaron a pensar que era auténtico, por lo que decidió ofrecer 1.500 euros. Enseguida contactó con el propietario que lo subastaba para cerrar la puja y asegurarse que el objeto formaría parte de su amplia colección.
Antoni Van Leeuwenhoek (Delft, 1632-1723) fue un comerciante y científico holandés que mejoró la fabricación de microscopios y al que se le considera el precursor de la biología experimental, la biología celular y la microbiología.
Según recuerda Camacho, el propietario que le vendió la pieza la encontró por casualidad mientras paseaba por Holanda con un detector de metales. El microscopio, de apenas cinco centímetros, estaba dentro de un bote junto a un pack de pintura.
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